Alvaro Miranda Buranelli
 
POEMAS SELECCIONADOS
YO MISMO SOY UN EXTRAÑO AQUÍ

 

 

EL HOMBRE CON CUALIDADES

 

Empezó por demostrar que el carácter era uno de sus rasgos típicos.
El otro era la personalidad creadora. Goethe había dicho:
“la baja calidad de la literatura de esta época
radica en que no hay escritores con suficiente personalidad”.
El hallaría la forma de encontrar o abrirse camino.
Los salvajes lo persiguieron con sus talismanes. Los jíbaros
esgrimían postales
de sus reducciones. Los falsos ingenuos facilitaban el camino.
Le cortaron las vías de acceso a la civilización.
Le condenaron al tam-tam de los tambores. Anduvo perdido
pero nunca perdió la conciencia y así el sufrimiento era mayor.
Acusó recibo. Nadie se le enfrentó directamente pero los alfileres
se clavaban en su figura. Mafia negra. Mafia negra.
No estaba dispuesto a claudicar. Si había que morir lo haría peleando.
Preferible a entregarse dócilmente. No era su naturaleza.
Si la sangre tenía que correr haría algunos tajos antes del corte profundo.
Tampoco quería ser guerrero. Lo llevaron a ello. Había que defenderse.
Quería hacer dos o tres cosas antes de desaparecer  en ese humo
del olvido. Lo peor era que no lo dejaran hablar, que le impusieran
el silencio. Proclamándose devotos libertarios  tapiaban la palabra
del que discrepaba con ellos. Fueron los tiempos de la “heroica democracia”.
Con la roca en su espalda seguía subiendo la montaña.
Se abriría camino contra todo enemigo. Cuando era joven quiso ser él mismo,
hacer cosas, actuar, crear con personalidad. El hombre equivocado
en el espacio equivocado. Pero carácter y personalidad, dijo Goethe
y él sabía que nadie le quitaría esas cualidades.

 

 

 

 

UN ASUNTO SIMPLE

 

a los pocos meses de vida su padre se fue de casa
su madre trabajó mucho para mantener el hogar
se casó, más tarde, y el padrastro lo maltrataba
en la escuela era un niño triste y solitario
en el liceo fue un adolescente antisocial y melancólico
inició estudios universitarios que nunca terminó
por esa época empezó su carrera
primero fue una camarera a la que estranguló en un parque
después fue un muchacho que conoció en un bar
lo acuchilló, descuartizó, cocinó sus costillas,
se las comió, enterró las vísceras y guardó la cabeza
como trofeo. Iban desapareciendo otros jóvenes en la ciudad
su colección de cabezas aumentaba
se perfeccionó en el arte de cocinar carne humana
y las desapariciones se hacían más frecuentes.
Después de 23 asesinatos con desmembramiento y antropofagia
fue descubierto y atrapado, como casi siempre ocurre
de manera casual. Fue llevado a juicio y condenado
a cadena perpetua porque no había pena de muerte en ese Estado.
Los psiquiatras que lo estudiaron llegaron a la conclusión
de que asesinaba a sus víctimas cuando pretendían irse
despertando una patológica sensación de abandono
que no podía tolerar. El canibalismo era un rito
por el que integraba a su cuerpo el cuerpo de los otros
simbólicamente representaba el deseo de no ser abandonado por el padre
y retenerlo consigo dentro de su propia carne y sangre
la explicación freudiana era impecable y, probablemente, verdadera
aunque no le confesó a nadie el placer que le producía
el sabor de la carne humana. Así acabó quien hubiera podido ser
actor en Hollywood o rockero. Al fin, tenía las condiciones apropiadas
para obtener un aplauso general.

 

 

 

 

CORREDORES

 

el rostro de los corredores
que van quedando en el camino,
la desesperación en el rostro de los corredores
que van quedando en el camino
sin suerte
sin padrinos
sin madrinas
que hubieran apostado fuerte por ellos
el saber
que los que siguen no son mejores
tienen lo que ellos no tuvieron
¿suerte?
¿una mano amiga?
¿impulso?
algo faltó: había calidad en ellos
y fuerza y empuje y decisión
querían ser los primeros
pero un empujón, una trampa,
un chicotazo en la cara,
un traspié, un desequilibrio
o, simplemente, algo
falló, faltó
y no pudieron.
Los otros no eran mejores
tuvieron viento a favor o suerte pura
o apoyo decisivo
todos corren
pero los que llegan a la meta
no siempre son los ganadores
y los que abandonan
no siempre son perdedores
¿ganar? ¿perder? categorías elásticas
se puede ganar perdiendo
y perder ganando.
Se dirá: lo importante es correr
no, lo importante no es correr
lo importante es que las reglas
nunca son iguales para todos
y la distribución de los papeles, a la salida,
confunde fácil el 2 con el 8
el 2 tenía una ruta marcada
el 8 otra
el 2 debía llegar a la meta, según los hados
el 8 no
el 2 no era mejor que el 8
quizás fuera a la inversa
pero para la multitud el 2 fue un héroe
y el 8 un fracasado.
Juez: que permites severos desniveles
haciendo trampas
disfrutando tus figuras articuladas
correr hacia nada
golpeando, salivando, empujando
para llegar al trofeo
de manos vacías.

 

pero el rostro de los corredores
quietos en el camino.

 

 

 

 

J0NATHAN SWIFT

 

Jonathan Swift, cansado de sus congéneres, abandonó la isla
y se dirigió hacia un espacio, para él, desconocido.
Aterrado de la vida que vivía pensó que había otras vidas posibles
y que el sino del hombre era la búsqueda
pero la vida que anhelaba persistía en resbalar e irse
de su lado, y los años lo alcanzaban ya
y los otros que él era lo rodeaban con desasosiego,
nunca le habían brindado lo que él merecía
o sentía que merecía, en la vida sólo había dispuesto de pequeños papeles
que no reflejaban su estatura, su intelecto había sido usado
por mediocres minorías que, quizás sintiendo un placer secreto,
se empecinaban en menospreciarlo. El gaitero o el amo del cobertizo
reían bebiendo abundante cerveza mientras los jóvenes garañones
secos de seso seducían y fornicaban a prestas doncellas
que así sentían cumplido su papel en la vida. Los jueces olfateaban
la tinta, los leguleyos ejercían y ejercitaban la mentira,
los terratenientes competían en fraudes y ganancias
y los políticos hacían lo mismo que todos ellos
pero mucho más y más seguido. Entonces, ¿qué vida viviría?
ninguno de esos perfiles daba su rostro, nadie era un espejo
para él. Los estados de la mente hacían sitios solitarios
donde él crecía como un niño pero se quebraban como cristales.
Harto de no llegar, Jonathan Swift soñó que era Gulliver
que vivía en un país de enanos.

 

 

 

 

EL OSCURO HERMANO

 

 
Una sombra persigue a otra sombra
se deslizan como piedras en un camino
de sucesión segura. Unas a otras
se atisban sigilosas, intrigantes siluetas
palaciegas. La esperanza ausente
anima esa cautela secular.
Ligeros movimientos del aire las revelan
y el pasajero, desprevenido,
las cruza y habita sin saberlo
las anima, débilmente,
hasta llegar a ser una sombra más.

 

 

 

 

CAMINOS CRUZADOS

 

cuando llegó a la encrucijada
él y su sombra se despidieron como buenos amigos
que se han conocido largamente,
saben que se extrañarán.
El eligió el rumbo de su vida
y como nunca volvió a encontrar a la sombra amiga
no sabe qué rumbo eligió ella
aunque algo desde el corazón le dice
que la elección auténtica no fue la suya.

 

 

 

 

DOS

 

a veces me quedo dormido
cuando despierto en una nube
y no me reconozco
pregunto por qué estoy ahí
si todavía soy yo
y cosas por el estilo
pero como las nubes
no suelen contestar
me quedo sin saber
si seré yo u otro
que se parece a mí
y nos miramos
más bien callados
como diciéndonos a nosotros mismos
qué pasó
qué hacemos ahí
cómo nos recogió la nube
y nos llevó,
hermanitos gemelos,
a no reconocernos.

 

 

 

 

OJAL

                                                                                   para  Darío  Canton.

 

volvía
cuando llegué
me pareció que era yo
y me quedé
vine a ayudarte, le dije
no respondió
pero miraba
detrás de mí
te extrañaba,  le dije
pero miró
y no me vio.
me recuerdas,  pensé
pero no lo dije
por su mirada vi
que asentía
pero entonces se fue
no volvió
me quedé
y me iba ya
cuando vi
que me sentaba
y aflojaba
el botón.

 

 

 

 

 

 

mucho tiempo atrás
mi madre cuidaba de mí
como sólo el amor de una madre
puede.
Si ella se va, se fue,
y tú quedas aquí
tu vida ya no es tu vida
la vida que madre amaba,
es otra cosa, una sucesión de soles
y lunas, de horarios y teléfonos,
de esperas y cansancios, de duras sorpresas
sin aviso.
Es solamente un cumplimiento.
Lo que tienes, desde entonces,
no es una vida. Es un estuche vacío.
Un estar sin para qué.
Un desconocimiento de ti mismo.
Y cansado, muy cansado, bajo el sol que calcina,
bajo la luna que enfría, haces los pasos de otro
al que llaman por tu nombre, como si fuera aquél,
duermes mal, caminas, paseas un cuerpo por las calles,
te enfermas, te hace daño el corazón,
exhibes un rostro que ya no es el tuyo
sientes que algo, alguien, te ha invadido
se hace pasar por vos
desde que te fuiste con tu madre.

 

 

 

 

 

 

dispuestos hasta los pasos que me llevan
a la tumba; dispuesto el olvido ajeno,
la negación, el abandono, la lejanía
de mí; dispuestos los otros que nunca fui
y la fácil incomprensión ya dispuesta.
Hacia ello, vano y ciego, voy
leve y único y casual,
de todos los remedios que perseguí
para mi existencia, nada me contuvo,
nadie me encontró. Locura y vacío
me rodearon, ignorancia y estupidez,
islas que se repetían en la noche
y a las que, vano Ulises, eludía
sin evitar el naufragio. Arenas del pensamiento
me llevaban al lugar del que nunca partía.
Me cruzaba la ilusión de un movimiento
hacia algo diferente, un espejismo
repetido, una máscara ubicua,
senil mi corazón, cansado viajero
de tierras de esperanza devoradas
por la desesperación.

 

 

 

 

LOS TONOS DEL VERDE DESPUÉS DE LA LLUVIA

 

la casa junto al lago de los cisnes
permanece
suave en mi memoria, entre los verdes abedules
la bruma y el cielo
veo salir corriendo al niño que fui
envuelto en risas, por alguna fechoría
perseguido por Yaya: “bribón, pícaro”
pero más tarde le daría su caja de cigarrillos
al conductor del ómnibus escolar diciéndole:
“cuide a mi pequeño, Dios le ampare”
y veo a mi abuelo cuando lo fastidiaba:
“niño, no pierdas la calma”
pero, querido abuelo, para qué está hecha la vida
si no es para perder la calma
y hacia mí viene mi padre, erguido y fuerte,
pero mi padre nunca estaba en casa
me veo jugar en el jardín con la oveja Mofi
trepar entre las ramas como auténtico aventurero
lanzarme hacia las aguas desde un pequeño abismo
y abuela Ita, allá entre las hortensias,
se oye un aria de Verdi,
llegan primos y las risas se multiplican
los cisnes vuelan sobre el espejo
Mamá me enseña a vivir con su cariño
las hojas caen, nacen otras hojas
el paisaje se renueva y es siempre el mismo
me llaman a comer, haré los deberes,
recortaré las historietas de Rip Kirby
y las pegaré en mi cuaderno verde
es jueves de cine en el colegio
y ya no soy tan pequeño, en la disputada última fila
los besos de Pilar con gusto a menta
y mis dedos en su pierna, el misterio
rodeándonos, los compañeros de clase sacudiendo las filas
mientras Flash Gordon salva a Dale del feroz Ming
queda a punto de estallar hasta la próxima semana
los cisnes ya no son cisnes, se desdibujan,
los borro con la goma de mi lápiz Faber
el lago se desvanece, es un arroyo que cambia el curso
la casa permanece y las risas y la voz de Yaya
los consejos de abuelo y la mirada de abuela
Papá que me lleva de la mano y Mamá que me cuida
toda la noche en vela mientras cicatriza la herida
y el conejo, mi mascota del fondo de la casa
y los tonos del verde después de la lluvia
lo sublime se diluye en lo prosaico
la clase espera, el motor se enciende
y vuelvo a vestir una sombra en el presente
“y el paisaje titubea un momento como no queriendo irse”
se va disolviendo en silencio
y me lleva con él
oh, pensamientos.

 

 

 

 

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